El Duelo: ¿ Y ahora que...?

Publicado el 17 de junio de 2025, 7:00

Solemos asociar el proceso de duelo a la muerte de un ser querido, pero en este año que he tenido que transitar por él, me he dado cuenta que a lo largo de nuestra vida atravesaremos varios Duelos, muchos de ellos no tendrán que ver con la despedida de las personas.

DUELLUM, palabra que proviene del Latín y su significado me dejo impactada: Guerra, Combate. En sus inicios el Duellum hacía referencia a un enfrentamiento entre dos personas, evolucionando su significado a lo que hoy conocemos: El Duelo, que abarca situaciones con dolor ante la pérdida de un ser querido, momentos de aflicción y en general el proceso emocional de la propia pérdida, ser querido, puesto de trabajo, salud, relación sentimental….

Personalmente nadie está preparado para iniciar este camino, pero todas las personas deberemos en algún momento de nuestra vida enfrentarnos a él.

En relación a la muerte cada cultura, religión y las propias creencias personales, ven y asumen lo que ocurrirá después de la vida de una forma muy distinta, personalmente a mi forma de entender la muerte, desde una perspectiva espiritual ha trasformado mi Ser de una forma fascinante que me ha ayudado a transitar por el duelo sintiendo una enorme Paz interior.

Para mí personalmente la muerte es una transición, no un castigo teniendo que arrepentirme de mis pecados para que en el día del juicio final pueda resucitar, la verdad que no me identifico mucho en este aspecto de mi religión. Creo firmemente que la muerte es un cierre de un ciclo en nuestra alma. En el plano terrenal adquirimos ciertos aprendizajes que cuando morimos podemos dejar o no aspectos pendientes, entonces es cuándo nuestra alma volverá a cumplir su cometido, una vez que hayamos adquirido todo el conocimiento necesario no volveremos al plano terrenal, sino que formaremos parte del plano celestial.

Me identifico mucho en este aspecto de la muerte con El Hinduismo: La muerte forma parte de la vida en su proceso natural siendo simplemente un paso más para trascender y avanzar en la evolución del alma.

He sentido prácticamente en estos dos años todas las etapas del Duelo y he transitado por ellas. He llorado, gritando, enfadando y finalmente resurgido. Mi aprendizaje y evolución emocional fue adquirida poco a poco, desde la primera piedra en este angosto camino: La aceptación, a partir de ahí todo cambio, mi interior cambio y con ello todo a mi alrededor, he comprendido que para que una situación cambie primero debemos empezar por nuestro interior y así ha sido.

Una de las herramientas fundamentales en este duro año ha sido la lectura, libros que han formado parte de mi bienestar emocional y tanto me han ayudado a entender ¿ Cómo una madre puede despedir a un hijo sin morir con él en vida? pero gracias a ellos, hoy casi un año después puedo sentir que retomo la ilusión por la vida, he iniciado proyectos en lo que mantengo viva la esencia de mi hija, soy feliz aceptando que no podemos tener el control de ciertos aspectos y lo más importante: Volvería a pasar por todas y cada una de las situaciones durísimas que he vivido,  con tal de poder volver a ser la madre de mi hija Alejandra, aunque solo fuese por otros 5 años.

Alejandra ha traído a nuestras vidas un aprendizaje increíble para toda la familia: Su alegría en los momentos duros, su empatía y amor incondicional con toda aquella persona que se cruzaba en su camino, su poder de resiliencia con apenas 2 años, su actitud de superación y optimismo ante la adversidad…todas esas virtudes que nos enseñó, son las que mi corazón y mente recuerda cuando pienso en mi hija.

Muchas personas me escriben y preguntan cómo en apenas un año he podido retomar mi vida, continuar con mi trabajo, etc… La verdad que al principio del Duelo no lo sabía, pero algo me empujaba seguir adelante, a escribir, a contar mi historia, a ilusionarme por hacerlo no causándome dolor sino todo lo contrario. Después de un año lo veo claro, estoy tan orgullosa de mi hija de lo que nos ha enseñado que no cabe sufrimiento en esta vida, aunque si el dolor de su ausencia, he de decir que la echo de menos cada día de mi vida y que daría mi vida entera porque ella pudiese estar aquí trasmitiendo y enseñando tanto.

Mi reflexión se basa en la coherencia que debe tener el ser humano, debiendo establecer una alineación entre: “Lo que pensamos, lo que hacemos y lo que sentimos”, siendo nuestra responsabilidad el tener un profundo conocimiento de nosotros mismos, solo así tendremos nuestra alma en paz el día que tengamos que despedir a un ser querido. Desterrar nuestro propio Ego de este proceso, ya que el Ego impedirá que desarrollemos ciertas fortalezas individuales que llevaran a unas personas a recuperarse más pronto que a otras.

Cuando llegue la hora de mi partida, porque si algo he aprendido es que estamos de paso, dejo escrito este mensaje para todo aquel que se haya cruzado en mi camino: Deseo de todo corazón que vuestro Duelo dure el mínimo tiempo posible, que no os paséis media vida llorándome, no quiero que sufráis, quiero que celebréis la vida en mi honor, pongáis la música que me gustaba y nada me haría más feliz que recordaseis los buenos momentos que os he dejado en vida brindando con un buen vino y no centraseis el Duelo en la ausencia y vacío que pude haber dejado.” Es difícil SI, pero nadie dijo que fuese fácil.


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Comentarios

Elena
hace 4 días

Ufff. Cada día te admiro más. La cantidad de cosas que me haces ver de otra manera y que comparto totalmente contigo. Otra cosa es cuando lleguen estos duros momentos se puedan gestionar. Eres muy especial Rosa❤️❤️

Elías
hace 3 días

Rosa os queremos muchísimo, os tenemos presente siempre.

Sonia
hace 3 días

Palabras muy sabías y valiosas.
Impresionante tu superación, y la de tu familia, en la que seguro sin ti y tu forma de haber enfocado todo no hubiese sido posible. Un abrazo fortísimo.